- 30 de noviembre de 2020
Compartimos con las familias algunas de las reflexiones de la formación que Cristina Luna, psico-pedagoga ha hecho a nuestros monitores.
En los últimos meses la sociedad ha experimentado el mayor cambio que se ha vivido en décadas.
La pandemia del Covid-19 ha removido nuestros cimientos y las niñas y los niños no han sido ajenos a esto, más bien todo lo contrario. Su vida ha dado un giro de 180 grados y ahora deben regresar en cierto modo a su vida anterior, pero con grandes cambios.
La adaptación a las medidas impuestas por las autoridades afecta a sus relaciones y es fundamental guiarlos para que les afecte lo menos posible y puedan desarrollarse de la manera que corresponde en función de su edad y el entorno en el que conviven.
La psico-pedagoga Cristina Luna, profesora de la Universidad de Barcelona especializada en psicología educativa nos da las claves para afrontar los grandes retos.
Los monitores de los colegios han recibido de su mano una formación para saber afrontar esta nueva situación. De sus palabras compartimos con vosotros algunas de las idees que nos han parecido relevantes para las familias.
Cinco meses sin escuela ¿Y ahora qué?
Las niñas y los niños han estado aislados. Los más pequeños han tenido relación con la familia, los de casa y virtualmente quizás con abuelos, primos etc. pero no ha existido prácticamente relación con los amigos del colegio.
Los más mayores si que han mantenido una relación virtual, pero el día a día, el contacto ha desaparecido.
¿Cómo volvemos a los colegios y a la vida social?
Los colegios han tenido que establecer una serie de protocolos que los pequeños deben cumplir, todo es nuevo. Los grupos son pequeños y aislados, las niñas y los niños no se pueden tocar y deben llevar mascarilla. En consecuencia, van a tener que adaptarse a unas nuevas rutinas y reglas, un ocio diferente, un formato de patio nuevo.
Ante estas dificultades es muy importante seguir potenciando la participación del alumno y el sistema.
Cristina Luna nos da una serie de recomendaciones
Hábitos y rutinas ¿Por qué son tan importantes?
Las niñas y los niños necesitan seguir unos parámetros basados en hábitos y las rutinas. Son esenciales en su desarrollo.
Un cambio en estas rutinas puede tener una repercusión mucho más significativa que en un adulto.
La disposición del espacio, su uso, la percepción que se tiene de éste, es determinante en su desarrollo cognitivo.
Las nuevas normas deben formar parte de sus hábitos y rutinas en el espacio escolar. Se debe dar mucha importancia a las explicaciones de las nuevas normas, es importante dedicar el tiempo necesario para que las niñas y los niños las interioricen y se familiaricen con ellas.
El movimiento es salud
Siguiendo este orden de ideas, el descubrimiento del espacio va a ser determinante en el desarrollo cognitivo e intelectual.
Según remarca Luna, «moverse es básico para mantener un cuerpo sano y alerta«. La falta de movimiento ha favorecido alteraciones en los hábitos alimenticios y en consecuencia en el peso y la agilidad motriz.
Gracias al movimiento los jóvenes
■ Desarrollan su capacidad para pensar
■ Comunican al interactuar con el mundo.
■ Promueve la confianza en sí mismos
■ Mayor autoestima.
■ Usan su cuerpo para comunicarse y resolver problemas.
Permite aprender el autocontrol y la autogestión.
Sin embargo la falta de movimiento puede fomentar:
■ Nerviosismo / irritabilidad
■ Movimientos incontrolados
■ Problemas de atención
■ Inflexibilidad
■ Problemas de autocontrol
■ Problemas para seguir la rutina /hacer los deberes
■ Cuesta seguir los juegos y las actividades
■ Consecuencias:
– Dormir mal
– Necesidad de comer más para reducir la ansiedada
Debemos fomentar la actitud activa y dinámica
La importancia de los patios. Los espacios sociales por excelencia
Los patios son el espacio de libertad para las niñas y los niños y los adultos debemos fomentar todos los aspectos positivos del tiempo dedicado a la hora del patio. Además, es totalmente recomendable como medida de seguridad, que los alumnos/as permanezcan el mayor tiempo posible al aire libre.
El patio es el espacio en el que se produce una mayor interactuación entre los grupos. En la situación actual, la interacción se ve completamente alterada y debemos estar atentos para que les afecte emocionalmente lo menos posible.
Las niñas y los niños han estado meses encerrados, algunos van a mostrar entusiasmo por estar en grupo, pero a otros les puede costar.a
Es fundamental que las niñas y los niños se sientan seguros en el patio, debemos buscar el equilibrio entre la libertad y el fomento de la socialización, el juego y la distancia de seguridad.
El comedor como servicio educativo
En el tiempo que pasan las niñas y los niños fuera del aula, el comedor forma parte de su educación. Es fundamental promover y desarrollar hábitos saludables de alimentación, tal como apunta Cristina Luna, las capacidades básicas a desarrollar son:
■ Trabajar la pirámide alimenticia
■ Divulgar mensajes de educativos sobre alimentación sana
■ Fomentar actitudes críticas: debate / reflexión
■ Garantizar una dieta saludable:
■ Favorecer la ingesta de todo tipo de alimentos
■ Revisar el menú y anticiparlo
■ Mantener la pauta alimenticia: desayuno / merienda / cena
■ Desarrollar valores humanos:
■ Respetar normas: espacio y tiempo
■ Respetar compañeros y personal
■ Cuidar espacio y el mobiliario